A continuación, detallamos en extenso el texto de lo entregado por el Presidente de la institución corralera, Sr. Patricio González Silva, a las autoridades edilicias y público presente en esa ocasión:

“Desde los inicios de la Patria, el huaso tuvo presencia en esta plaza. La semilla del rodeo germinó en estas tierras, cuando el ganado era bajado desde la precordillera hasta ser rodeado y marcado. Desde el albor de la patria, el huaso fue presencia en el crecimiento de la nación.
De similar manera, el Club del Rodeo Chileno “Gil Letelier” ha marcado presencia en esta capital, sembrando de chamantos y espuelas el centro de la ciudad.
Hoy, el hombre de campo, el huaso, se ha adaptado a la vida diaria, dinámica y bulliciosa de la capital, pero sin perder su esencia criolla. Ha traído desde su campo natal, el frescor de una sonrisa amable, la firmeza de la honestidad y el cálido abrazo de amistad.
Lo acompañan sus notas de tonadas y cuecas, de tintinear de espuelas y arreos, y también el silencio de la oración y recogimiento. Añora el galope de caballos, y el lento ritmo de una cabalgata junto a algún amigo. Extraña esas tardes somnolientas de verano bajo el parrón tupido y verde que se enreda en los cimientos de su casa. Recuerda esos sonidos al amanecer, donde los animales van indicando su presencia con relinchos, mugidos y balidos, los que se transportan por ese delgado aire de una mañana helada. El huaso es ese hombre que comienza cada día agradeciendo al creador su bendición.
Ha sido el hombre que supo defender esta tierra y su bandera, cruzando la Patria con su cabalgadura al galope, de norte a sur, marcando presencia en el norte con marineras y chilenas, y ha sido el sacrificado colono en el sur, venciendo el frio y la soledad, con polcas y chamamés.
Fue el que se atrevió a conquistar terrenos, preparándolos para la siembra y la cosecha. El que detrás de un arado fue surcando el territorio, haciéndolo fértil y abundante, verde y próspero.
Es el que pone alegrías y sentimiento en cada cueca, el que en rodeo de madrugada, borlea su pañuelo para conquistar a una mujer. Es quien cría a sus hijos con el mismo amor y sentimiento por la Patria, respetando su folclor y tradición.
Hoy es el hombre que día a día, levanta la mirada hacia el futuro, preparándose para nuevos tiempos. Son otras las exigencias de esta tierra, pero sabrá adaptarse a los desafíos que impone la tecnología. El huaso es el hombre del campo, que desde sus orígenes ha sabido construir una Patria para ser disfrutada por todos los chilenos.”
Sin duda, sentidas palabras que salen del corazón de un huaso. Este es el espíritu que cada integrante del Club “Gil Letelier” lleva a diario como un sentir de vida. Es lo que permite que se construya amor y respeto por nuestras tradiciones, sabiendo mantenerlas y proyectarlas a una comunidad receptiva de emociones patrias.
